lunes, 11 de marzo de 2013

EL 30 POR CIENTO DE LOS ARGENTINOS PADECE CALVICIE


En el país, el 30% de los hombres padecen problemas de calvicie y la edad de comienzo del problema al que todos quieren huirle bajó de la franja de 30-45 a los 20 años.
La caída del cabello preocupa tanto que los centros capilares y de implantes ocupan el top five entre los principales anunciantes en los medios de comunicación.
Con la premisa de que "a ningún hombre le gusta perder el pelo, ni siquiera a los 80 años" desembarcó en la Argentina el colombiano Giovanni Bojanini, quien busca instalar su método "único y sin promesas falsas".
Hair evolution se presenta como la revolución en tratamientos capilares no quirúrgicos, con más de 100 mil pacientes en todo el mundo.
Ahora, "muy poca gente sabe realmente cuál es el origen de su caída de pelo y muchos buscan soluciones mágicas en productos cosméticos sin saber que las soluciones universales no existen y que la belleza capilar comienza con la salud". Así lo expresó María Marta Allende, gerente de Marketing de Biferdil, para quien "la caída del pelo obedece a diferentes causas y existen soluciones tratamientos y productos para cada tipo de problema. Para ayudar a combatir la caída de cabello se debe buscar productos tratantes específicos sin dejar de consultar con el médico dermatólogo".
Y acerca de cómo medir si se está cayendo mucho el pelo, la revista científica Cleveland Clinic Journal of Medicine detalló que "la mayoría de la gente tiene unos 100 mil pelos en la cabeza, y normalmente entre el 10 y el 15% de ellos alcanzaron un desarrollo y se están cayendo. La caída de entre 100 y 150 cabellos por día es normal". El problema se presenta cuando se supera ese número.
Cuándo es necesaria la cirugía capilar
La realidad indica que no todas las personas con alopecia son candidatos a una cirugía capilar. Existen múltiples factores que inciden en la conveniencia de la cirugía y en los posibles resultados de la misma.
El doctor Alejandro Chueco, director de Injerto Capilar, destacó que en primer lugar es indispensable evaluar con expectativas reales la pérdida capilar, la zona donante y cuáles son las características del pelo. Y detalló que existen tres principales consideraciones para determinar el plan de restauración capilar:
* Calibre del pelo o el diámetro del tallo del pelo: El pelo grueso proporcionará un mejor resultado en una sola sesión que el cabello más fino y es uno de los factores más importantes al considerar el número de unidades foliculares a trasplantar.
* Textura del pelo: si el cabello es rizado, ondulado o lacio afectará a los resultados del trasplante ya que al ser ondulado o rizado cubrirá más superficie que el cabello fino o lacio.
* Contraste color del pelo: se refiere al color del pelo en comparación con el color de tono de la piel del cuero cabelludo. Por ejemplo, el pelo negro parece más fino en personas de piel clara, pero más grueso en alguien con una tez más oscura. Mientras más parecido es el color del cabello al color de la piel, más denso parecerá el trasplante.
Otro elemento fundamental a tener en cuenta es la edad del paciente y la posible evolución posterior de la alopecia. La alopecia adrogenética suele ser progresiva, lo que significa que continuará con el transcurso del tiempo.
La polémica por el finasteride
En sus orígenes, la droga se utilizaba en comprimidos de 5 miligramos para tratar pacientes con hiperplasia prostática benigna y se advirtió que -más allá de los buenos resultados- los pacientes presentaban un efecto colateral: detención de la caída y crecimiento de nuevo cabello.
Así es que se comenzó a experimentar en personas más jóvenes utilizando 1 miligramo en vez de 5 y los resultados fueron más que alentadores. Al punto que la droga se convirtió en el primer fármaco por vía oral que demostró clínicamente detener la caída del cabello y promover el crecimiento.
Pero como no todo lo que reluce es oro, los efectos secundarios no deseados no tardaron en aparecer. Los datos mostraron que, durante un año de toma de la medicación, el 3,8% de los hombres que tomaron finasteride (1 mg), experimentaron alguna forma de disfunción sexual, en comparación con el 2,1% de los hombres tratados con el placebo.

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