Todos tenemos durante el fin de semana que darle a los viejos lo que en el resto de la semana no le podemos brindar, comprensión, afecto, cuidado, pero fundamentalmente la prestación de nuestros pabellones auditivos que casi siempre están cerrados para esa reliquia que tenemos desacomodado en un rincón de la casa, ni hablar de los acomodados en un galpón de viejos llamado “geriátrico”.-
Por tener la posibilidad todos de gozar de un fin de semana, lo hagamos juntos y por los adultos mayores que en el mas clamoroso silencio piden que le demos un poquito de bola en el momento que gozamos del tiempo que siempre debiéramos disponer.- Es simplemente una excusa la que buscamos durante un fin de semana.- No debemos ser hipócritas.-
Este fin de semana y todos los que a Usted que aún es joven le quedan en su existencia juguemos con algunas cosas que a esa personita le va a gustar.-
Discúlpeme, quiero tutearlo por primera y única vez:
Déjalo al viejo, quizá por primera y única vez:
Déjalo vencer... en las discusiones, porque tiene necesidad de sentirse seguro de sí mismo.-
Déjalo contar... sus historias repetidas, porque se siente feliz cuando lo escuchamos.-
Déjalo vivir... entre las cosas que ha amado, porque sufre al sentir que le arrancamos pedazos de su vida.-
Déjalo gritar... cuando se ha equivocado, porque los ancianos como los niños tienen derecho a la comprensión.-
Déjalo rezar... como él sabe; como él quiere, porque el adulto mayor descubre la sombra de Dios en el camino que le falta recorrer.-
Déjalo gritar, putear... cuando se ha equivocado, porque los ancianos como los niños tienen derecho a la comprensión y seguir siendo vehementes.-
Déjalo hablar... porque hay en su pasado un tesoro lleno de verdad, de belleza y de bien.
Si alguien de este blog aún no se ha dado cuenta que es una persona anciano, déjeme contarle: Los ancianos son seres humanos, iguales a ti.
Por qué esta aseveración, bueno pues porque en ocasiones parecen ser seres de ultratumba, se les trata como si fueran fantasmas, es decir no se ven, pero ah! como molestan; hay veces que más bien parecen muebles viejos: arrumbados en una esquina y ni quien se les acerque; también son tratados como un disco rayado, se oye repetir y repetir pero no se le escucha lo que dice; en ocasiones parecería que son gatos que están calladitos en su rincón y ni quien les hable.-¡Déjame que te cuente...! A ellos -tal vez alguno de tus padres, un tío, tu abuelo o algún amigo- les gusta sentirse vivos, que son tomados en cuenta, que son útiles no utilizados, que su opinión cuenta, que su experiencia es escuchada, que los quieren por lo que son no por lo que ya no pueden, quieren recibir respeto, desean aprender pero sin prisa -ellos tienen todo el tiempo del mundo-, anhelan tu compañía, tu tiempo pero compartido con ellos.
Tenía un viejito amigo que renegaba de su abandono propinado por la indiferencia de sus hijos, de sus nietos, me solía contar que siempre a ellos les decía: "como te ves, me vi y como me ves te verás". . . sabias palabras.-
Fin de semana, una oportunidad para poner en orden la casa, limpiarla, ponerla linda, pero te encargo que acomodes bien a ese mueble (entre comillas) que guarda tanto amor y sabiduría.-
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