viernes, 16 de noviembre de 2012

DONARA SU RIÑÓN A UNA COMPAÑERA DE TRABAJO

MARCOS JUÁREZ - Dos compañeras de trabajo estarán unidas por algo más que la actividad de todos los días, debido al gesto de una de ellas de donarle un riñón a la otra para que pueda continuar con su vida, dejando atrás una larga y extenuante enfermedad. El 19 de noviembre se lleva a cabo la intervención en un centro de salud de Buenos Aires, dedicado a este tipo de trasplantes, y ambas quedarán en observación durante algunos días.
La vecina de Marcos Juárez, Graciela Palmeri de Zavalla, está a días de concretar algo con lo que soñó desde hace 9 años. Todo resultó como se esperaba y podrá donar un riñón a su compañera de trabajo, Fabiana Páez. Las dos se conocieron en la oficina local de la Afip, donde desarrollan sus tareas laborales.
Nos internan el domingo 18 en el Sanatorio Anchorena en Buenos Aires, el 19 a las 8 de la mañana empiezan con mi operación y a las 2 horas empiezan con la de Fabiana”, explicó casi como una experta Graciela.
Esta historia, basada fundamentalmente en la amistad y el compañerismo, comenzó hace 9 años cuando Fabiana se mudó a Marcos Juárez. La mujer llegó con su enfermedad a cuestas, ya que el padecimiento es congénito en los riñones, lo que le impide tener una calidad de vida normal.
Si bien realizó numerosos tratamientos, Graciela fue testigo de que la salud de su compañera continuaba deteriorándose. Actualmente, Fabiana se dializa 3 veces a la semana, lo que le impide alejarse demasiado de la ciudad.                                                            Graciela cuenta que desde que Fabiana llegó “siempre trabajó al lado mío, en la misma sección y la vi sufrir mucho: no puede hacer una vida normal, no puede viajar, sufría muchísimo. Así que decidí ser su donante”. Habló con su familia, y consultó a varios médicos para saber si iba a cambiar su vida al realizar la donación de su riñón.
“Todos me aseguraron que podría desarrollar mi vida normalmente”, remarcó la mujer.
Al contarle a Fabiana su decisión, la primera respuesta fue de sorpresa y siguieron frases destinadas a hacerla recapacitar la decisión. “Siempre me decía: ‘Si te arrepentís no importa’, y yo la retaba. Le decía que no dijera eso porque nunca sentí ningún peso por esta decisión”, asegura.

No hay comentarios:

Publicar un comentario