Villa Dolores. Un incendio de gran magnitud, que se inició en la madrugada del miércoles, terminó con el centro de separación de residuos del vertedero municipal, ubicado a unos cinco kilómetros de la ciudad de Villa Dolores. La planta era única en su tipo en la región de Traslasierra, mientras que las pérdidas materiales son millonarias.
“El daño fue total y absoluto, el fuego arrasó con todo lo que teníamos en el galpón: la nueva prensa enfardadora de más de un millón de pesos (su valor), 21 metros de cinta transportadora, dos prensas verticales y un montacargas”, explicó Jimena Pintos, directora de Medio Ambiente del municipio.
La pérdida incluye además toda la infraestructura del galpón: paredes, techo, instalaciones, tolva de descarga de residuos y herramientas varias con las que trabajaba un grupo de “recicladores” integrados en una cooperativa.
Fuentes policiales indicaron que el incendio habría sido intencional.
En este sentido, el intendente Juan Pereyra afirmó: “Esta era una planta para la envidia, no sólo para la zona sino para el país y el mundo. Los peritos especializados van a investigar las causas”.
El jefe comunal agregó: “Hemos invertido millones aquí, estábamos reciclando mucho; pero vamos a recuperar todo y seguiremos adelante”.
Seis dotaciones de bomberos de la zona trabajaron durante más de seis horas para extinguir el fuego.
Un empleado que vive en el lugar advirtió el siniestro y dio aviso a los bomberos.
En el galpón siniestrado se realizaba la separación, enfardado y acopio de residuos diferenciados para luego ser vendidos en diferentes puntos de la provincia y el país.
El fiscal Raúl Castro, a cargo de la investigación, señaló que mañana habría un primer informe de un peritaje de Bomberos de la Policía . “Todo está preservado para que se realice el peritaje, no podemos aun afirmar si ha sido accidental o intencional”, señaló.
Y sostuvo que está por determinarse si el equipamiento siniestrado estaba asegurado y si las instalaciones cumplían con las normativas exigidas.
Villa Dolores es la única ciudad del país que, sin ser grande (unos 40 mil habitantes), cuenta con dos vertederos “controlados” de basura.
El primero fue instalado por la Provincia en 2003, para depositar residuos de toda la región. En 2009, el intendente Juan Pereyra rompió vínculos con la Provincia y decidió instalar un vertedero “propio”, que no se diferenciaba en mucho, excepto por la planta de separación ahora quemada.
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