En la Plaza San Pedro, Francisco proclamó santas a dos religiosas latinoamericanas: la colombiana María Laura Montoya Upegui y la mexicana María Guadalupe García Zavala, además de 800 mártires italianos asesinados en 1480.Francisco le dio hoy a la Iglesia Católica cientos de santos nuevos, entre ellos dos religiosas latinoamericanas del siglo XX, al encabezar unaceremonia de canonización en la Plaza de San Pedro.
Entre las personas que recibieron el mayor honor de la iglesia hubo una mujer, María Laura Montoya Upegui que ayudó a los pueblos indígenas de Colombia y que ahora es la primera santa de ese país. También fue canonizada la mexicana María Guadalupe García Zavala, quien ayudó a los católicos a evitar la persecución durante una campaña anticatólica del gobierno en la década de 1920.
El Papa elogió a la nueva santa colombiana por "infundir esperanza" entre los pueblos indígenas. Dijo que ella les enseñó de una manera que "respetó su cultura". El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, fue uno de los invitados que asistieron a la ceremonia con una nutrida delegación de su país.
El Vaticano reconoció oficialmente que intercedió en dos milagros: la curación de una mujer de 87 años enferma de cáncer de útero y la sanación inexplicable, hace ocho años, del médico Carlos Restrepo, quien asistirá a la ceremonia.
Francisco también elogió a la santa mexicana conocida como Madre Lupita (1878-1963), por haber renunciado a una vida cómoda a fin de trabajar con los enfermos y los pobres, incluso de rodillas sobre el suelo del hospital donde atendió a los pacientes con "ternura y compasión".
La mexicana fundó la congregación de las Siervas de Santa Margarita María y de los Pobres y fue beatificada en 2004, tras haberle atribuido dos milagros, entre ellos la curación inexplicable para la ciencia del mexicano Abraham Arceo Higaresa, quien sufría una pancreatitis muy grave.
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