viernes, 15 de febrero de 2013
CÓRDOBA - UNA POLICÍA SE CASA CON UNA MUJER
El parte policial del próximo domingo bien podría decir, sin mucho condimento, que, a las 23.30 horas del día anterior, dos individuos de sexo femenino se apersonaron frente a un Registro Civil móvil y otorgaron su consentimiento mutuo a un contrato civil de matrimonio. Pero la historia de Carina Soledad Villarroel (31) –quien se convertirá mañana en la primera mujer policía cordobesa en casarse con otra mujer– y de Soledad Ortiz (28) es mucho más sabrosa que eso.
Ojalá que sea. El amor entre “Sole y Sole” comenzó en mayo del año pasado. Miembro del Cuerpo de Saturación Norte, la agente Villarroel cumplía su labor en Villa Belgrano, cuando ingresó a una panadería y se quedó sin palabras al ver a la encargada del local.
“Cuando la vi, dije ‘¡qué buena que está! Ojalá que sea’”, contó ayer a Día a Día, mientras su pareja, sentada a su lado, asentía entre risas. “Hasta mi compañero se la quería levantar”, agregó.
Pero admitió que fue la encargada de la panadería quien disparó primero. Le robó el teléfono y la invitó a tomar un café. Puesta en víctima, ella, claro, no se resistió.
Se empezaron a mensajear y “pasó lo que tenía que pasar”. En noviembre formalizaron el noviazgo, pasaron a convivir en un departamento céntrico, y días más tarde, la agente Villarroel propuso casamiento.
Un operativo relámpago, por así decirlo.
“Compré champagne, rosas, todo”, recordó la agente. Y contó que “al toque” le avisó a su jefe en la Policía. “No me va a querer dar el pase por esto”, le dijo, medio en broma, medio en serio. Su jefe le contestó que no pensaba discriminarla, que la evaluaba sólo por su trabajo y que, además, quería ir a la fiesta. Fue invitado, obvio, como muchos compañeros.
“Hay buena onda, por ahora, en la Policía. Esperemos que siga así”, agregó Villarroel. Y confesó: “La respuesta de la Institución me deja mucho más tranquila; hasta ahora ha habido cero discriminación”.
Ya hace un año y medio, según dijo, que trabaja en la Fuerza. “Soy de la última camada, de la 215”, contó. Pero, “muy orgullosa” de su uniforme, advirtió que quiere quedarse mucho tiempo más.
Por ahora, todo indica que así será. Mientras tanto, junto a quien dice es “el amor de su vida”, se prepara para cambiar mañana las esposas por anillos y para partir el domingo rumbo a la Costa Atlántica, de luna de miel.
“Estamos chochas”, resumió Villarroel. Y, de yapa, anticipó que, para abril, si todo sale como esperan, su futura mujer podría estar embarazada. “Sería lindo poder formar una familia”, concluyó.
Cigüeña. La esperan para abril. Sole y Sole han iniciado los tratamientos de fertilización con donantes para poder tener un hijo el año que viene
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