jueves, 7 de marzo de 2013

LA U.C.R. HOMENAJEÓ A SU LÍDER POLÍTICO


Rindió homenaje al exgobernador, al que reivindicó como un “progresista” que tomó decisiones difíciles en épocas de crisis. Salvo De la Sota (de vacaciones), asistieron al acto los dirigentes provinciales más importantes de la UCR y del PJ desde 1983 hasta la fecha.
Es tiempo de evocaciones en la UCR. El partido se apresta a recordar en octubre próximo los 30 años de su llegada al gobierno nacional, de la mano de Raúl Alfonsín en 1983, y ayer rindió homenaje al exintendente capitalino y exgobernador Ramón Bautista Mestre, al cumplirse 10 años de su muerte.
El acto, encabezado por el actual intendente de Córdoba, Ramón Javier Mestre, se focalizó en la imposición del nombre: “Gobernador Ramón Mestre” a la plazoleta ubicada en la rotonda que distribuye el tránsito de calles José Roque Funes y avenida del Piamonte, en barrio Quebrada las Rosas, a metros del Puente Turín.
A lo largo de toda la ceremonia, la UCR se codeó con sus años de gloria en el poder provincial, entre 1983 y 1999. En el palco estaban el exgobernador Eduardo Angeloz y sus vices Edgardo Grosso y Mario Negri, además del exvicepresidente Víctor Martínez y el exintendente Rubén Martí. También estuvo Oscar Aguad, y hasta el senador Ernesto Sanz.
No le fueron en zaga las presencias peronistas, con el exbinomio Juan Schiaretti-Héctor Campana, al margen de la actual vice Alicia Pregno y el jefe de gabinete, Oscar González.
De vacaciones en el sur del país, no estuvo el gobernador José Manuel de la Sota, pero se sumó vía Twitter. “Adhiero al merecido homenaje al gobernador Mestre a 10 años de su fallecimiento. Córdoba le reconoce todo lo que hizo por su progreso!!”, escribió en su cuenta de esa red social.
El intendente Mestre, acompañado por su madre Cristina Sueldo y sus hermanos Diego y Claudia, lució muy emocionado al descubrir un busto alusivo a su padre y también placas recordatorias de la Provincia, la Municipalidad y los comités Provincia y Capital de la UCR.
Sin embargo, Mestre eligió no hablar en esta ocasión. En su lugar lo hicieron el viceintendente Marcelo Cossar, y Alberto Zapiola, un estrecho colaborador de su padre, tanto en el municipio como en la Provincia.
Dos generaciones de mestrismo, como para trazar un puente entre Mestre padre e hijo.
Cossar reivindicó a Ramón Bautista Mestre gobernador, al que definió como hombre de “convicciones y valores inalterables, claro pensamiento progresista, liderazgo partidario y capacidad transformadora”.
Luego intentó pintarlo en su dimensión política y humana al recordar su último día como gobernador, en julio de 1999, cuando sollozando contó a los cordobeses sobre las “lágrimas derramadas” y las “noches sin dormir” para “poner todo lo que había que poner” para gobernar la Provincia.
Ese momento histórico luego fue revivido con la proyección de un video en una pantalla gigante. Fue la instancia más emotiva del acto.
A su turno, Zapiola se dedicó a contrarrestar los flancos que sus detractores más le criticaron siempre a Mestre. Lo describió como “un republicano en sentido cabal, nunca conservador ni neoliberal”, “un hacedor” y “un auténtico estadista”.
Negó que se tratara de una persona autoritaria y contrastó que “siempre le tocó asumir en momentos críticos” en todos los ámbitos de la gestión.
“Son esos momentos en que los vacilantes y pusilánimes no pueden y es tiempo de políticos de raza, que hacen lo que se debe hacer y no lo que queda bien”, dijo, citando el latiguillo preferido del actual intendente.
Los militantes radicales se envalentonaron un par de veces, y con cánticos vaticinaron un inminente retorno de la UCR al poder provincial. Aun así, la impronta general del acto fue más bien “retro” y enfocada en Ramón Bautista Mestre.

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