PAPA FRANCISCO |
La beatificación del cura cordobés se está organizando, para septiembre, en el paraje Alto Grande, de Traslasierra. Pero en la curia local ya se especula con que si viene el nuevo papa a presidir la ceremonia, la multitud que se reunirá desbordará esa mínima infraestructura.
La posibilidad de que el papa Francisco venga a la Argentina en los próximos meses, y en particular a la provincia de Córdoba, para presidir la ceremonia de beatificación del cura Brochero, se incrementa con el correr de las horas en el inicio del nuevo pontificado.
Ayer, el vocero vaticano, padre Federico Lombardi, señaló que era probable una visita del pontífice argentino a su tierra natal, como hicieron sus dos inmediatos predecesores Juan Pablo II y Benedicto XVI. Esas palabras animaron aún más a las autoridades eclesiásticas locales que ya el miércoles habían manifestado la intención de gestionar que el papa Francisco presida la beatificación del querido cura cordobés.
Pero, junto con la posibilidad latente, también llegaron las preocupaciones y las urgencias. Es que para que se concrete este anhelo de la feligresía local sería necesario –advirtieron ayer fuentes eclesiásticas– modificar el escenario y probablemente la fecha prevista.
Probables cambios. Por ahora, la misa de beatificación se está organizando para el 14 de septiembre próximo, en un campo ubicado en el paraje Alto Grande, en la Pampa de Pocho, a unos 14 kilómetros de la localidad de Villa Cura Brochero, en Traslasierra.
“Estábamos esperando más de 100 mil personas sólo para la beatificación –reflexionó ayer un miembro de la curia cordobesa–. ¿Se imagina a qué número podría llegar la convocatoria si el que preside la ceremonia es nada menos que el Papa?”.
Religiosos y laicos recuerdan que en 1987, hace 26 años, la visita de Juan Pablo II movilizó casi medio millón de personas en la ciudad de Córdoba. Y es generalizada la coincidencia sobre que el valle Traslasierra carece de la infraestructura hotelera, vial y sanitaria necesaria para albergar un evento de esa envergadura.
“Todas juntas, las plazas hoteleras de Villa Cura Brochero, Mina Clavero y Nono, no superan las 10 mil”, sostuvo un colaborador del Arzobispo Carlos Ñáñez. Otro señaló que las vías de acceso terrestre son escasas y se verían rápidamente colapsadas.
En el Gobierno provincial, cuyas autoridades forman parte de una comisión organizadora de la beatificación, también han tomado nota de estos inconvenientes. El otro problema es la fecha. No se descarta que ante una invitación oficial al nuevo papa, el Vaticano sugiera hacer coincidir la fecha de la beatificación con el casi seguro viaje del Pontífice a Brasil para la Jornada Mundial de la Juventud que se realizará entre el 23 y el 28 de julio próximo.
En la curia local ya se habla de la posibilidad de sugerir que, si se confirma la visita, la ceremonia se realice en Córdoba, eventualmente en el predio de la Fábrica Argentina de Aviones (Fadea) donde rezó la misa multitudinaria Juan Pablo II, o en otro sitio de similares características. Los voceros eclesiásticos, no obstante, destacan que cualquier modificación se deberá consensuar con el Episcopado argentino, y en particular con el obispo de Cruz del Eje, Santiago Olivera, responsable, junto con Ñáñez, de la organización de la beatificación.
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