RAUL DI BLASIO |
Siendo un chico de ocho años se mostró de repente interesado en tocar piano, al grado de cuando sus padres le preguntaron si él quería estudiar música, él no dudó en responder afirmativamente.
Durante un lapso de cuatro años empezó a practicar en los pianos de sus maestros, reconociendo lo difícil que era conseguir un piano decente. Mientras experimentaba y tocaba con los diferentes sonidos en el piano, Raúl silbaba con su padre, lo que le estimulaba a tocar nuevas melodías en el piano.
Ese fue el comienzo del famoso pianista Raúl di Blasio, que aunque él afirma que ha sido formado con la técnica clásica, le gusta de igual manera tocar música popular. Di Blasio admite que a la edad de diecisiete formó parte del movimiento de rock que surgía del fenómeno de Los Beatles, pero sus padres le instaron a ir a la Universidad y hacer una verdadera carrera en su vida.
Pero su siguiente escalón fue salir de su pueblo natal y trasladarse a Buenos Aires, donde a la edad de veinte empezó a practicar el piano por doce horas diarias, a lo que él comenta “Sentía las alas en mis dedos”.
Él se considera a sí mismo una persona que constantemente necesita de cambios en su vida. A la edad de 27, sabiendo que algo pasaba con su personalidad –ahora con más energía e hiperactividad-, decidió mudarse a Chile, en donde decidió tocar piano con música clásica, tradicional y rock. Para aquel entonces ya componía sus propias melodías y trabajaba como pianista en un bar y aunque confesara que lo hacía para sobrevivir, estaba feliz con lo que hacía. En Viña del Mar llegó a tocar para artistas como Rocío Dúrcal o Julio Iglesias.
Dos años después alguien le sugirió producir un disco, el cual él logró realizar con sus propios recursos. Sin embargo, esta primera producción no tuvo el éxito esperado, a pesar de haber contenido temas de grandes artistas como Roberto Carlos, José Luis Perales, entre otros. Afortunadamente para Di Blasio, un productor de la casa discográfica BCS-S en Chile le sugirió un segundo álbum, en el cual, aparte de música tradicional y clásica, se incluyó música latinoamericana, como la gran melodía Piano de Bebu Silvetti, de quien se declara gran admirador y una de las personas más influyentes en su vida.
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