Son tiempos de gloria para la B. Vive un gran presente, como decantación de una identidad de juego que se afianza con el tiempo. Belgrano se sabe y se alimenta para nutrir su expectativa para la segunda parte de la temporada. Y qué mejor que hacerlo ganándole el clásico a Talleres. Fue 1-0, con tanto de Teté González.
El Celeste salió a jugar a lo que sabe y encontró la tranquilidad del que se siente cómodo en su propio conocimiento. Su fin tiene leyes que respeta y le marcan el horizonte deseado.
No se descontroló en el vértigo inicial que le propuso Talleres y fue metiendo el partido en el ritmo que mejor le sentaba. El medio celeste plantó bandera y sólo sufrió cuando su rival tuvo la inteligencia para sorprender jugando rápido y a un toque. Así, llegó por única vez la T, cuando el tridente Chávez-Carabajal-Díaz sorprendió por derecha, pero el Tin se apuró en buscar el tiro.
Lo mejor de la B se veía por derecha, con Zapata metido en partido y Pereyra jugando a lo Picante. Es que al 7 se lo vio rápido y generoso en entrega y viveza. Fue como un Deja Vu del Pica pre quebradura.
Aguiar fue el que tuvo más trabajó. Le tuvo que tapar una llegada a Zapata y un remate a Velázquez. Y a eso habría que sumar otro disparo de Zapata, que el propio Velázquez le impidió que llegara a gol porque pegó en su pecho.
Fuente: Christian Nacimbera
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